Historia de la Plena

Se sabe que la plena se origina en la costa sureste de Puerto Rico y aunque no hay, ciertamente, escasez de versiones respecto de la historia de la música plena, la más difundida sugiere que nació en la ciudad de Ponce. La fecha exacta en la que se introdujo, por vez primera, esta forma en la música puertorriqueña varía, según los lugares, entre los años 1875 y 1920, pero su institución no es, en verdad, importante, ya que la plena está viva y provee de entretenimiento a millones.

También llamada periódico cantado (Sung newspaper), la lírica de la plena trata, con frecuencia, acontecimientos y protestas de importancia. Puede tratar de acontecimientos históricos y catástrofes naturales. Algunas son festivas y entretenidas, mientras otras se sirven de sátiras solapadas para comunicar su mensaje. Se revelan escándalos y se dan opiniones. Este género de la música puertorriqueña está lleno de expresión y engastado en la cultura de Puerto Rico.

En un principio, solo panderos, un instrumento de origen español, acompañaban la ejecución de las plenas. Con el mejoramiento de la música, se incorporaron otros instrumentos, como los de viento, los güiros y los tambores. Un pandero (o pandereta) es un instrumento parecido a un tambor pequeño, que no tiene platillos. Por lo general, hay tres panderos de distintos tamaños que se ejecutan conjuntamente para complementar el acompañamiento instrumental. Los tambores que, generalmente, se usan son el tambor de conga, la seguidora y el requinto. Hay otros instrumentos que pueden variar según sea la composición del grupo de ejecutantes; entre esos instrumentos, se encuentran una maraca, un clarinete, una guitarra o trompeta. Se suele confundir a la plena con la bomba, ya que ambos géneros musicales se sirven de tambores para marcar el ritmo y han recibido una marcada influencia de África occidental. A veces, al oído le resulta difícil distinguir los dos géneros, pero las diferencias pueden advertirse prestando atención a los instrumentos empleados, las líricas y los estilos de baile.

Aunque la plena parece desaparecer con el correr del tiempo, famosos compositores y artistas de la plena, como Manuel A. Jiménez (El canario), Rafael Cortijo e Ismael Rivera, jamás cayeron en el olvido. Durante la década de los años noventa, se insufló nueva vida a la plena, gracias a artistas como Plena libre. La generación más joven se siente más atraída por la salsa, pero los artistas se las han ingeniado para darle a la plena una forma nueva, más vibrante, y así han recuperado la plena para la antigua generación y la han introducido en el mundo moderno.